Hoy, con el solsticio de invierno entramos en la profundidad de la oscuridad y el recogimiento. Esta parte del ciclo de la vida nos permite mirar hacia dentro, abrazarnos y descansar de todo lo experimentado este año.
Si no nos resistimos a esta etapa que compartimos con la naturaleza daremos tiempo a que maduren todas esas partes nuestras que necesitarán nacer en primavera.
Al quedarnos en un silencio interno, damos la posibilidad a que partes de nuestro potencial no manifestado todavía puedan ir cogiendo forma para brotar y salir más adelante.