Cuando te comparas siempre sales perdiendo. Bien porque te sientes peor, mejor o tan bueno como los demás.
Cuando te sientes peor que otros, crees que tu vida no es tan interesante, ni tú eres tan exitosa o que no puedes disfrutar del mismo modo que los demás. Entonces sales perdiendo porque crees que hay algo que no has hecho bien o que la vida no te favorece.
Cuando te sientes mejor que los demás piensas que al menos tú has tomado decisiones más adecuadas que el resto, que tienes una pareja, una casa o un trabajo mejor. Necesitas compararte para sentirte bien y que los demás también estén en desventaja sino entras en competición.
Y si además te sientes tan bueno como otros no te dejas ser tú misma, ya que te mides con los demás, son ellos los que definen cómo debes ser. No puedes ser tú como eres, ya que tienes que ponerte a su nivel, jugar a su juego y ser tan buena como ellos.
La comparación es una manera de engañarse. Al final se trata de ser una misma. Sin comparaciones.
Foto @cristinagottardi