Si quieres que te respeten…. respétate tú primero.

Parece básico ¿verdad?, pues no es tan sencillo como parece.

No nos respetamos cuando no ponemos unos límites claros. Con los amigos, parejas, o en el mundo laboral a veces hay que decir que “no” y es difícil porque muchas veces tenemos miedo. La mayor parte de los miedos vienen porque pensamos que si decimos que hay algo que no podemos hacer ya no contarán con nosotros, no nos querrán más o nos quedaremos sin trabajo. Por eso, a veces, no es tan fácil poner límites.

Tampoco nos respetamos cuando alguien nos trata de una manera que nos hace sentir mal y no decimos nada, como por ejemplo, con comentarios jocosos que nos colocan en un lugar poco agradable. Si no decimos nada y lo aceptamos a pesar de no sentirnos bien somos cómplices de una falta de respeto hacia nosotros.

Y no mostramos consideración ni respeto cuando siempre anteponemos los deseos y necesidades de los demás a los nuestros. Si siempre está primero lo que quiere mi pareja, mis padres, mis hijos, mis clientes y siempre nos dejamos atrás, ¿cómo queda afectada nuestra autoestima? ¿Cómo nos van a respetar o ver si no nos vemos ni nosotras?

La segunda parte es cómo hacer esto de un modo asertivo y tranquilo, sin alterarnos. Pero esto lo trataré en otro artículo…

Foto de Scott Broome en Unsplash