Esta semana celebramos, San Juan, el solsticio de verano, una fiesta que se remonta a tiempos inmemoriales. De hecho, sabemos que Stonehenge fue erigida con una alineación especial, sí con el solsticio, ¡ya alrededor del año 3100 a. C.! ¡Si lo pensáis estamos celebrando una tradición que ya cuenta con más de 5000 años!

A mi me gusta aprovechar las tradiciones y las fiestas especiales porque nos dan un empujón para hacer cosas que nos cuestan. San Juan, con su elemento purificador, el fuego, nos invita a soltar, a desprendernos de lo antiguo, lo viejo, lo que ya no sirve, el lastre que nos impide entrar en una nueva etapa. Estos días habrá muchas personas haciendo lo mismo así que seguro que será una actividad colectiva donde nos ayudaremos mutuamente.

En este San Juan, ¿de qué te quieres desprender tú? ¿Qué te frena? ¿Qué te lastra para poder estar en otro lugar mental? ¿De qué te tienes que desprender para poder avanzar hacia dónde quieres?

Hay personas que se liberan de objetos que las anclan a sus miedos, a sus “por si acaso”, otras de recuerdos que las atan al pasado, algunas de patrones antiguos o de actividades y personas que les quitan energía. Yo te propongo un ritual muy efectivo para el día de hoy:

Primero haz una pequeña meditación y decide de qué te quieres desprender.

Cuando lo tengas claro haz un dibujo que represente eso que te quieras desprender. No hace falta que lo pienses mucho, ni que sea un dibujo bien hecho, solo que para ti tenga sentido. Por ejemplo, si quiero soltar el control puedo dibujar una cadena (un dibujo que para mí tiene sentido).

Después escoge un objeto de tu casa que refleje lo contrario, lo que quieres conseguir. Siguiendo el ejemplo anterior yo cogería un bol y pondría agua dentro (lo que deseo es dejar fluir, dejar de controlar y para mí el agua tiene ese sentido).

Escoge un momento del día en esta semana donde puedas estar tranquila. Busca una vela y coge el dibujo. Das las gracias a eso que te quieres desprender, ya que te ha estado acompañando durante tanto tiempo, ya ha acabado su función, dile que lo liberas y que así te liberas también tú. Le deseas buen viaje y quemas el dibujo.

Después apagas la vela y pones el objeto que signifique lo que quieres conseguir (en mi caso el bol con agua) en un rincón de tu casa que esté a la vista para ti. Es importante que esté en un lugar accesible, ya que es un recordatorio de hacia dónde quieres ir ahora. El objeto junto con la vela deben permanecer por lo menos hasta el siguiente solsticio (el de invierno) donde revisarás cómo está progresando tu cambio. En caso de que todavía necesite más tiempo puedes mantenerlo hasta el siguiente solsticio de verano, San Juan del año que viene, donde ya habrá acabado su función.

¡Es realmente efectivo! Si lo haces ya me contarás qué tal te ha ido.

Un abrazo y feliz solsticio.

Foto de Cullan Smith en Unsplash